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Flexibilidad y adaptación: atención a la diversidad en un aula de primero

De todos es sabido que la enseñanza es una profesión que requiere de continuo cambio, reciclaje y adaptación, exigiendo una respuesta específica, determinada exclusivamente por las necesidades particulares que demande un grupo concreto (y, más allá de las personas que componen ese grupo).  Por eso, en el afán de ir buscando alternativas pedagógicas que atendieran mejor a la diversidad del aula y, con intención de aportar y compensar a un alumnado que vivió, durante meses, una situación de confinamiento inaudita, reorientamos nuestra actividad docente para abordar todas las necesidades surgidas de esta situación excepcional y que, a su vez, pudieran servir como forma perenne de enfocar el acompañamiento a los diferentes ritmos evolutivos y de aprendizaje que siempre componen un aula de primero.

Por otro lado, y, en paralelo, realizamos una evaluación inicial exhaustiva para detectar posibles carencias derivadas del periodo no presencial. Como era de esperar, comprobamos que el área más afectada estaba relacionada con el aprendizaje de la lectoescritura. Debido a la complejidad de este aprendizaje y a la importancia de acompañar su evolución de manera consciente y elaborada, la ausencia de clases presenciales había dificultado enormemente su progresión.

Con todo esto, nos pusimos manos a la obra. En primer lugar, continuamos avanzando hacia la globalización de nuestros rincones, abordando las dos áreas instrumentales e incluyendo el área de lengua inglesa y/o science en los mismos. De esta manera, programamos 5 rincones semanales con propuestas lúdicas y variadas, que incluían materiales diversos y divertidos para trabajar desde la conciencia fonológica a la escritura libre, pasando por el cálculo mental o la resolución de problemas, además de repasar vocabulario o expresiones propias del inglés. Con estas propuestas, además de repasar y afianzar elementos básicos, incorporando nuevo contenido progresivamente, rompíamos las barreras emocionales hacia algunos aprendizajes que, por unas razones u otras, algunos alumnos traían.

Por otro lado, implantamos una sesión semanal de refuerzo específico para la lectoescritura, con tres zonas/talleres/ambientes en los que se plantean actividades que van desde el refuerzo a la ampliación en función de los, como mínimo, tres ritmos de aprendizaje que encontramos en todas las aulas. Rompiendo las agrupaciones habituales del aula, creamos grupos de trabajo que nos permiten abordar las necesidades específicas de cada grupo, generando actividades de refuerzo relacionadas con la conciencia fonológica o silábica para los que más lo necesitan, permitiendo afianzarse a los que están en una fase más avanzada del proceso y, ampliar, a los que demandan trabajos más elaborados de comprensión y expresión escrita. Además de respetar el momento evolutivo del alumnado, estas agrupaciones refuerzan la cooperación y el vínculo, permitiéndoles acompañarse entre iguales y aprender juntos y juntas.

Por último, pero no menos importante, creamos un sistema de refuerzo de los contenidos básicos para las áreas instrumentales que superasen las paredes del aula e implicasen a las familias del alumnado que lo necesitase. Para ello, incardinamos dentro de nuestros planes de trabajo quincenales un sistema de estrellas que, respetando el trabajo conjunto junto al resto de sus compañeras y compañeros, permitiese al alumnado que más lo necesitaba reforzar aquellos contenidos que necesitaba. De esta manera, creamos un dossier personalizado para el alumnado que previamente habíamos detectado con mayores dificultades y, de manera progresiva y sustituyendo las actividades de ampliación del plan de tareas quincenal (manteniendo las propuestas principales junto con el resto de sus compañeras y compañeros), conseguimos que, también desde casa, se reforzaran los contenidos mínimos de las áreas instrumentales.

Y, con todo lo anterior, seguimos trabajando incansablemente para ofrecer a nuestro alumnado el acompañamiento y el respeto que merecen, sin descuidar el avance académico pero entendiendo que, sin emoción, no hay aprendizaje.

 

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Los animales de los ecosistemas fríos

Artículo 2º Trimestre Ed. Infantil
Proyecto 1º Curso de Educación Infantil: Los animales de los ecosistemas fríos

Tras el gran acontecimiento que fue el paso de Filomena por nuestro país y después de la gran experiencia vivida por los niños y niñas de 3 años con la nieve bajo sus pies... días de tirarse bolas, construir muñecos de nieve y jugar con los trineos... en el primer curso del segundo ciclo de infantil del colegio Hipatia, decidimos aprovechar este gran acontecimiento para llevarlo al aula, dada la motivación de nuestro alumnado y comenzar a trabajar, nada más y nada menos que con un experimento científico. ¿Qué pasa con la nieve si la dejamos en clase? ¿y si la metemos en la nevera ,o en el congelador? Así sin saberlo, nos pusimos a estudiar los diferentes estados del agua expuesta a diferentes temperaturas. Partimos de sus hipótesis y comprobamos cuáles eran ciertas y cuáles no.

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La investigación siguió avanzando y se despertó la curiosidad por saber qué seres vivos habitan en lugares donde siempre hay nieve o hielo. Queríamos conocer y aprender los nombres de esas criaturas y sus características a través de un proyecto que denominamos ”Los animales de los ecosistemas fríos”, donde además supimos que allí habitan unas personas llamadas Inuit (y no esquimales).

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A partir de este momento, nuestras aulas comenzaron a transformarse en espacios característicos de los ecosistemas más fríos del planeta: iglús, pieles de animales, cañas de pescar, teñimos de blanco nuestros suelos y paredes, pintamos con hielo y hasta hicimos nieve a través de otro experimento científico mezclando bicarbonato y agua… pasando por convertirnos en verdaderos Inuits a la par que grandes investigadores y  llegando a ser grandes expertos y expertas de los animales del hielo.        animales_frios6.jpg

Para conseguirlo investigaron con las familias, y  los pequeños y pequeñas científicas, organizados en parejas expusieron al resto de compañeros y compañeras del aula todo lo que habían descubierto del animal que habían elegido investigar, actuando de ponentes  “En el congreso de animales de los ecosistemas de las tierras frias” sus ponencias versaban sobre cada animal explicando cómo es ese animal, dónde, cómo y con quién vive, qué comen, cómo se reproducen, y sus infinitas curiosidades…(huevos azules, pieles que cambian de color al crecer, camuflaje con la piel, habilidades para adaptarse a tierras tan duras por el frio y el viento, etc.).

En resumen, hemos trabajado y vivido un proyecto que nos ha hecho aprender y, lo más importante, disfrutar con cada actividad propuesta. ¡Cada experiencia es una maravillosa oportunidad de crecer! y lo hemos podido comprobar llevando al aula esos días locos de nieve en nuestras casas. Y ahora.. !a seguir disfrutando de todo lo que esté por llegar!

 

Ambientes

“El ambiente debe ser como un acuario donde se reflejan las ideas, los valores, las actitudes, las culturas de la gente que vive en su interior”  Loris Malaguzzi

El curso pasado (19-20) en el primer ciclo de infantil se comenzó un cambio pedagógico en las aulas, la instauración de los ambientes educativos de aprendizaje. Quizá lo más llamativo de este cambio fue la modificación de los espacios y los materiales. Los espacios se cambiaron tratando de crear una escuela más cercana y acogedora, con materiales naturales, no estructurados, estos materiales se encuentran al alcance de los niños y las niñas para poder lograr una mayor independencia y autonomía siendo ellos y ellas los que generan el juego partiendo de su propio interés. 

Los ambientes de aprendizaje se generan partiendo de la curiosidad innata de los niños y las niñas, de su necesidad y de sus intereses intrínsecos que muestran a la hora de jugar, por ello no son estáticos, sino que el adulto va observando el tipo de juego que se genera y se pueden ir modificando o cambiando según van mostrando sus evoluciones y sus tipos de juego el propio alumnado. De esta manera, por ejemplo, en las aulas de 1-2 se comenzó el curso con un ambiente de calma en el que poder relajarse y leer cuentos o descansar, un ambiente de juego heurístico en el que experimentar con las texturas, los pesos y las formas, un ambiente del escondite en el que aparecer y desaparecer, un ambiente de construcción y por supuesto un ambiente de movimiento, en el que trepar, correr, escalar… Durante el curso estos ambientes se han ido modificando, adaptándose a las necesidades de los niños y las niñas, y aunque algunos se han mantenido (calma, escondite y movimiento) otros han desaparecido para luego reaparecer o se han cambiado por otros que permiten al alumnado continuar con su desarrollo, apareciendo así por ejemplo el ambiente de juego simbólico, en el cual los niños y las niñas reproducen situaciones de la vida cotidiana. Todos estos ambientes generan diversas situaciones de aprendizaje que facilitan al adulto la observación y a su vez con los ambientes se consiguen cumplir los objetivos pedagógicos.

Pero la metodología por ambientes es mucho más que un cambio en los materiales y los espacios, es un cambio de mirada hacia la infancia, es entender que el papel del adulto debe ser el de facilitador de aprendizajes, un observador que interviene solo cuando es necesario y que permite que el alumnado tenga a su disposición aquello que necesita en cada momento. Es entender que no debemos enseñarles aquello que creemos que les toca según un currículum o la experiencia previa sino, observar qué es lo que realmente necesitan, que es lo que les motiva, cuáles son sus intereses y deseos... Comprender que aquello que aprendan por sí mismos, mediante el ensayo error, la experimentación y sus propias vivencias, será aquello que los acompañe durante el resto de sus días. Es entender que, el aprendizaje más importante que deben llevarse de la escuela es que ellos son capaces y válidos para todo aquello que se propongan, y es que en la escuela no venimos solo a aprender, venimos a ser.

 "Intentar enseñar a un niño algo que puede aprender por sí mismo no sólo es inútil, sino también perjudicial" Emmi Pikler

 

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Alumnado del Consejo Escolar

Mi nombre es Emma Vinsonneua tengo 14 años, estoy cursando 3º de la ESO.

Soy estudiante del Centro Hipatia desde los 4 años, hace 10 años, desde el primer curso de nuestro centro Hipatia en Rivas.

Me he presentado al Consejo Escolar porque me parece una muy buena oportunidad para expresar nuestras necesidades como alumnos y alumnas de la Comunidad Escolar. A nivel personal para mí es toda una experiencia llena de oportunidades para aprender y crecer como alumna y persona.

Me parece muy importante que el alumnado tenga voz y opinión en el Consejo Escolar, juntos formamos parte de esta gran familia y es muy importante que se obtengan distintos puntos de vista para poder mejorar en todos los aspectos de la Comunidad Escolar.

Hipatia me parece un centro muy bueno, tanto por la forma de aprendizaje, como por la cercanía y el buen rollo entre alumnos, profesores, y demás adultos del centro

Espero y confío en ser un buen apoyo en esta aventura.

Estoy a vuestra disposición para cualquier sugerencia.

Emma

Las puertas de Hipatia

Volviendo la vista atrás, allá por los inicios de septiembre, hace 4 meses más o menos, aunque la sensación es hace muchísimo tiempo… las familias y el profesorado teníamos muchas incertidumbres y miedos, por qué no decirlo, lo verbalizábamos de la siguiente manera: “en cuanto empiece el cole en 15 días, estamos todos y todas confiados otra vez, no somos sanitarios y no vamos a saber identificar síntomas”

Nos pusimos a redactar protocolos, a generar medidas de higiene y distancia, a aprender que cada colegio debía tener una comisión covid y funcionaron; vaya que si funcionaron y aquí estamos comenzando el segundo trimestre. Pero hoy de lo que queremos escribir es de una medida que nos hace compartir experiencias, sensaciones, sentimientos y pensamientos…una medida en las distintas puertas generadas para las entradas y salidas.

Tomar la temperatura del alumnado nos ha dado la posibilidad de volver a confiar en la escuela como momento de encuentro y momento de compartir, hemos aprendido en las puertas de Hipatia a mirarnos a los ojos y fijarnos en el lenguaje de la mirada.

Un hecho que podríamos pensar lejos de lo educativo, somos capaces de reconvertirlo en un momento de vínculo entre las familias, el alumnado y el profesorado y esto hace que todas las mañanas pese al frío de diciembre y enero tengas ganas de salir a tomar la temperatura, buscando ver a la mamá, al papá, a la hermana pequeña, a la mascota o a las abuelas…

Así pasan las mañanas y comenzamos a conocernos y cuando una profesora lleva unas zapatillas con brillos, la niña le dice que se ha puesto las zapatillas mágicas y que cuando las ve se pone contenta.

Esperamos a ese perro que viene corriendo, tirando de la correa y hasta que no entran los dos hermanos no se separa de la verja, que cualquier día va a entrar con ellos, que casi se puede leer su pensamiento: ¿qué ocurrirá ahí dentro…? La perra Tora que estamos seguras de que con los ojitos que mira a los niños y niñas y con la alegría que mueve el rabo, sería una buena compañera en el colegio.

Y ese gesto que por inercia, por empatía y acompañamiento, los niños y las niñas se retiran el flequillo de la frente para facilitarnos a los adultos la toma de temperatura, hasta los que no tienen flequillo, que es lo más lindo de ver.

Es interesante a nivel individual como se van forjando las relaciones. Por cada persona que entra al colegio, a lo largo de este tiempo les vas conociendo más y preguntas: ¿cómo están?, ¿cómo han pasado la noche?, ¿qué tienen hoy los mayores de la etapa? les gusta contarte si tienen control, si lo llevan bien…qué entra… si han estudiado o si se encogen inseguros de como vienen de preparados y preparadas y así hablamos de Goya, de Benito Pérez Galdós o de los decimales.

Las bicicletas y patinetes, que son bienvenidos en cada una de las puertas y hemos ido inventados mil formas de atarlas, ponerlas con patas, en la valla, tumbadas, menos en los árboles nos dicen los niños y niñas porque como seres vivos sufren.

Todas las personas que, sin necesidad de correr, pues queremos y hemos dado el mensaje de flexibilidad en las familias que tienen que recorrer varias puertas, por la mañana vienen con una sonrisa, corriendo el padre, corriendo la madre y corriendo la niña, cuando llega antes la madre y le recuerda a la niña que ha llegado primera, esta dice. “no me importa” y yo pienso bravo, pero cuando llega antes la niña, dice con una sonrisa de oreja a oreja “he ganado”, entonces pienso a lo mejor si la importa… el papá nunca gana, pero hace unas coletas maravillosas, vemos el cariño en la despedida de cada uno de los miembros de las familias.

He conocido a un pequeño científico, me asombran las historias que me cuenta, le encantan los insectos y sabe manejar la resina para conservarlos, tiene una colección en casa y me ha regalado dos “zapateros” en resina, que gran regalo.

Hemos sabido ganar cercanía en las puertas, felicidad, suplir, compensar la distancia física, con la cercanía emocional.

Quien nos iba a decir allá por principios de septiembre que una acción tan mecánica como tomar la temperatura en las puertas de Hipatia, nos iba a dar situaciones divertidas, que minimizan la sobriedad del momento vivido.

La escuela siempre sabe reinventarse.

Coordinación primaria