51 mujeres. Todas vestidas de negro, agarrándonos del cuello las unas a las otras, formando una espiral. Todas con un cartel representando las 51 mujeres asesinadas por violencia machista en lo que va de año. Solo se escucha una música estridente de fondo. De repente, todas caemos al suelo. Unos chicos se acercan y nos quitan los carteles del cuello. Mientras, dejan velas a nuestro lado. Habíamos sido asesinadas. Todo el mundo nos rodeaba y nos miraba desconcertado, sin saber qué estaba pasando. Estaba claro que habíamos captado su atención.

Teníamos sentimientos encontrados. Por una parte, nos sentíamos satisfechas por poder colaborar en una performance como esta, poder formar parte de algo tan importante. Por otra parte, nos sentíamos impotentes ya que todavía sigue habiendo mujeres a las que asesinan y sufren violencia machista a diario.

Quisimos hacer algo el 25 de noviembre para visibilizar esta violencia que sigue siendo un problema social hoy en día. Y qué mejor forma de hacerlo que recordar a las mujeres asesinadas este año víctimas de violencia machista. Desgraciadamente 51. Aunque haya un día para reivindicarlo, no debemos dejar de luchar por lo que queremos conseguir: que todas las formas de violencia contra la mujer acaben.

Muchas de las personas que hemos formado parte de esto pertenecemos al GRUPO DE GÉNERO. A principio de curso nuestra tutora nos animó a unirnos a este grupo. Nos explicaron en qué consistía y lo necesario que es tener un grupo así en el centro. Desde entonces nos reunimos todos los miércoles en el recreo para pensar y realizar acciones que logren concienciar a la comunidad Educativa de la importancia de conseguir la igualdad entre hombres y mujeres.

Nosotras creemos que todas las personas, independientemente de nuestro género, raza, orientación sexual… debemos tener los mismos derechos, poder acceder a los mismos puestos de trabajo, poder ir con la misma tranquilidad por la calle, ser respetados y respetadas, dejar de ser sexualizadas, entre otras muchas cosas.

Nos dimos cuenta de que esto no podía seguir así y que todos y todas debemos hacer algo para cambiarlo.

Nosotras ya estamos en ello, ¿y tú, quieres unirte al cambio?

Gabriela Pardo y Alba Nieto 2ºESO A

Integrantes del Grupo de Género del alumnado

Durante el presente curso repetiremos la experiencia de realizar Lecturas Compartidas en Hipatia, entre los cursos de 3º de Primaria y 4 años, 2º ESO y 2º de Primaria y 1º-2º de FPB y 3 años. Además, repetiremos la experiencia de realizar Lecturas Compartida en inglés, entre los cursos de 2º de ESO y 5 años y 4º de ESO y 2º de Primaria.

Algunos de los motivos que nos llevan a realizar de nuevo esta experiencia, nos los explica el alumnado de uno de los cursos que realizó esta actividad el curso pasado:

Hace un tiempo nuestra profesora de Lengua, Emma, nos comunicó a mí y a toda mi clase, incluidos los compañeros del aula Aleph, que habían preparado una actividad llamada Lecturas Compartidas con los alumnos de 2º de Primaria. Nos mostró una presentación con todas las normas sobre la actividad y nos explicó que los de 1º de ESO serían los padrinos y madrinas y los de 2º de Primaria eran l@s ahijad@s. También nos explicó qué eran las Lecturas Compartidas: la preparación de la lectura de un cuento en clase y de unas preguntas de comprensión sobre el mismo para luego trabajar con el/la ahijad@ para ver si había comprendido la historia. Y, si querías, podías elaborar una actividad o juego relacionada con el cuento para que los niñ@s lo comprendan mejor, o llevar marionetas, disfraces, muñecos... A continuación, me mostraron la foto de mi ahijada, pero fue más mi alegría cuando me dijeron que también iba a estar conmigo una alumna de Aleph. Cuando llegó el primer día de lectura, los de 1º de ESO de nuestra clase (los padrinos y madrinas) bajamos a la Mediateca y buscamos a nuestros ahijado o ahijada. Yo estaba ansiosa por conocerla. Cuando ya nos presentamos, nos sentamos las tres juntas para leer: intenté poner mí mejor voz para que a ella se le hiciera llevadero el cuento. Pasamos un rato fantástico y, como le habíamos preparado una actividad, lo disfruto más.

Me encanta poder leer un cuento a una niña de 2º, me hace sentir feliz saber que estoy ayudando a una estudiante muy joven a leer, son sesiones muy divertidas y lo mejor es que ahora lo hacemos también en inglés con los de 5 años, y cada vez lo disfruto más.

Sandra Navarro, 1º ESO B

Primero preparamos la actividad en clase: elegimos un cuento, lo leemos varias veces en voz alta al compañero de al lado como si fuera nuestro ahijad@ para practicar y luego leer mejor. Tras conocer a los pequeños el primer día, les damos a elegir el rincón donde se quieren sentar y, mientras les leemos, les preguntamos si quieren probar a hacerlo ellos y nosotros les ayudamos si encuentran alguna dificultad. Después de leer, si quieren hacer un dibujo sobre el cuento, los acompañamos a por el material y dibujamos juntos. Al acabar, nos despedimos hasta la siguiente sesión, si ellos quieren con un beso o un abrazo, y volvemos a clase. La profesora nos pregunta si lo hemos pasado bien, si ha surgido alguna dificultad, cómo la hemos resuelto... Y, unos días después, nos muestra un vídeo con todas las fotos que nos ha hecho en la sesión. A mí me parece una actividad muy buena porque los alumnos de Secundaria damos un buen ejemplo a los de Primaria y a ellos les gusta mucho que les lean libros los mayores.

David Trueba, 1º ESO B

Esta actividad, en mi opinión, es como la vida misma y, ¿qué significa eso? Pues muy sencillo. Al principio sentía un poco de inseguridad mezclada con la impaciencia de conocer quién sería mi acompañante durante esta larga travesía. Mi ahijado, pues, sentía lo mismo. Tenía miedo. Sin embargo, tenía las mismas ganas de conocerme que yo a él. Cuando llegó el día de conocernos, empecé a leer aquel cuento que había escogido y, mientras nos íbamos sumergiendo en aquella lectura, él me iba contando cosas sobre sí mismo, al igual que yo a él. Aprendimos cosas mutuamente, yo aprendí de él y él aprendió de mí. Y, cuando acabó, salí de allí con la sonrisa más profunda que me llegaba hasta el corazón, y todo aquello gracias a vivir esta gran experiencia. Así que ¿qué más se podría pedir?

Sergio Recover, 1º ESO B

Las Lecturas Compartidas me parecen una buena idea porque así compartes un rato agradable con tu ahijado o ahijada. Adquieren confianza muy rápido contigo, cuando ya están un par de sesiones, es como si te conociesen de toda la vida, y cuando te ven te saludan te dan un abrazo. Cuando les lees el cuento en clase, se ve cómo están atentos, y lo mejor es cuando tú les haces preguntas y ves que se han enterado del cuento. Es una actividad que me gustaría hacer todos los años.

Diego Puerta, 1º ESO C 

Cuando bajamos para leerles el cuento, cuando les vemos las caras de felicidad a nuestros ahijados, con esa sonrisa, te dan muchas más ganas de leerles. Cuando se despiden de ti te dan un abrazo y un besito, y eso es lo que hace que quieras bajar todos los días.

Alba Nieto, 1º ESO C 

Cuando termino de leerle el cuento, mi ahijado me dice: “Aarón, ¿puedo leer el libro yo otra vez, que me ha gustado?” A mí me encanta cuando me dice eso el niño: “puedo leer”. Y también me gusta el momento en que estoy leyendo, porque me siento como un profesor cuando el alumno se equivoca y él le apoya y le ayuda. Y si no sabe lo que significa una palabra, yo se lo explico, y me siento bien. Cuando Emma nos saca fotos, siento que mi ahijado y yo nos sentimos especiales por el instante en que salimos en la foto, en ese momento nos encanta porque reconocen nuestro esfuerzo. Ellos serán algún día como nosotros y bajarán a leerles a otros niños los cuentos.

Aarón Martínez, 1º ESO B

A mí me gustan las lecturas porque tú eres como el profesor y les enseñas. Te tratan bien y con respeto, se te quedan mirando mientras lees y, cuando cogen confianza, te dan la mano, se sientan encima de ti para ver mejor... Pero lo mejor es cuando vas andando por el patio y te ven y les dicen a sus amigos quién eres o se acercan y te saludan.

Alejandro Durán, 1º ESO C

Lo que más me gusta es cuando los ahijados entran súper ilusionados y rápidamente buscan a su padrino para empezar a leer juntos.

Lydia de los Santos, 1º ESO B

Cuando bajamos a la Mediateca a leerles el cuento, nos sentamos muy separados unos de otros para que los pequeños sientan que estamos única y exclusivamente para ellos.

Alejandro Mendizábal, 1º ESO C 

Ambos cursos se ven favorecidos: los más pequeños pueden escuchar cómo leen los mayores y también pueden mejorar su entonación leyendo en voz alta con su ayuda. Pero nosotros, los mayores, también podemos mejorar leyendo a otras personas, y podemos ir viendo cómo va aprendiendo y mejorando nuestro ahijado. Esta actividad nos permite disfrutar más de la clase de Lengua, conocer mejor a niños más pequeños y relajarnos durante una clase al mes. Nos está ayudando a los dos a mejorar nuestra comprensión lectora.

Daniel Ramiro, Sandra Vivanco y Carla Estella, 1º ESO C

Las Lecturas Compartidas me parecen una forma divertida de hacer que los niños de 2º practiquen la lectura desde una perspectiva distinta con nosotros. Tanto para unos como para otros es una forma entretenida de entrar en el hábito de la lectura. Al principio, los niños eran un poco tímidos y no querían leer, pero según pasan las sesiones se van animando a leer ellos en voz alta los cuentos, lo que les hace mejorar su lectura.

Clara Bonilla y Elsa Cobo, 1º ESO A 

Me parece una manera muy divertida de aprender a leer en el caso de los más pequeños, y una manera de cooperar y aprender a interactuar para todos.

Claudia Martín, 1º ESO B 

La parte que más pena me da es cuando ya nos vamos. Si fuera por mí, lo haríamos más veces a la semana.

Marta Pollan, 1º ESO C

Los libros me parecen muy interesantes y a los ahijados les suelen gustar mucho. Yo creo que se lo pasan muy bien con nosotros y les gusta que les leamos libros, yo también me lo paso bastante bien con mi ahijada. Cuando acabamos, a mí me gustaría que la sesión siguiera. Con mi ahijada he compartido momentos muy felices y hasta un par de risas.

Diego Recover, 1º ESO C

A mí personalmente me parece que es una actividad constructiva y positiva, aunque sería estupendo si la Mediateca fuera mejorando y haciéndose más acogedora y por ejemplo tuviéramos más colchonetas y cojines para sentirnos más cómodos.

Mateo Arellano y Rubén Cruz, 1º ESO C

La convivencia entre el ahijado y el padrino es muy buena, los niños se sorprenden al ver a gente tan mayor y les emociona leer con ellos.

Miguel Illán, 1º ESO A

Te preguntarás: ¿Y en qué beneficia esto a mi hijo? Pues mejoramos la lectura. “Con amor y con cariño es como hay que criar a un niño”.

Iker Huete, 1º ESO B

Después de una Formación Básica y un Ciclo Formativo de Grado Medio…

“La FP ya atrae más ofertas de trabajo que la universidad”. “Una FP contemporánea, del futuro”. Al leer aquel titular, no pudo contener una sonrisa. ¡Cuánta razón tiene!, pensó para sí.

Justo en ese momento, Eva cumplía un año en su trabajo. Era la misma empresa en la que, previamente, había realizado su formación durante el período de prácticas. Empezó a recordar el camino que la había llevado hasta allí: es un recorrido, en el que las dudas, la incertidumbre, la ilusión y las ganas invadían su mente a diario.

Los dos cursos de FPB de Informática de Oficina contribuyeron (y mucho) a crear en ella un hábito de estudio y a ser exigente consigo misma. Nunca había sentido especial interés por nada académico: no es nada extraño. Eva siempre aseguraba que cada uno posee diferentes habilidades, ninguna mejor que otra. Ella siempre disfrutaba aprendiendo cómo funcionaban los ordenadores. De hecho, su madre, cuando era pequeña, no hacía más que regañarla cada vez que desmontaba la CPU que tenían en el despacho de casa (algo que sucedía, más o menos, cada semana).

Durante esos dos cursos, comprendió que la actitud y la ilusión son dos de los elementos más importantes que todos debemos desarrollar. Fue el trabajo diario, que estaba más enfocado a lo práctico y a la cooperación en grupo, lo que quizás más le ayudó a encontrar su camino profesional. Sentía que lo que hacía cada día en el aula le ayudaba a aprender cosas que de verdad le interesaban, habilidades que utilizaría en el futuro.

Cuando terminó este periodo, buscó trabajo, pero pronto advirtió que sería mucho mejor completar su formación con un Grado Medio de Sistemas Microinformáticos y Redes: ello le ayudaría a ampliar sus opciones profesionales. Al principio tuvo que adaptarse porque la exigencia era mayor. Pero, como los beneficios también lo serían, sabía que el esfuerzo valdría la pena.

Hoy, que cumple un año en su trabajo como informática en una empresa, está orgullosa y satisfecha de las decisiones que le llevaron a ello. No existe un único camino que sea capaz de llevarnos hasta nuestros sueños.