Los alumnos y alumnas de la Educación Primaria se caracterizan por un creciente progreso en autonomía, capacidad de abstracción y capacidad para la interacción y la comunicación social.
Autonomía creciente en cuanto al movimiento, tanto en desplazamientos como en actividades manipulativas más finas, y autonomía creciente en el uso de lenguaje, potente herramienta que constituye un factor esencial para su desarrollo personal y social. En conexión con estas nuevas capacidades, motrices y de lenguaje, irá alcanzando una mayor capacidad de abstracción que le permitirá apreciar y aislar las cualidades de los objetos y de los acontecimientos.

Todo ello, movimiento, lenguaje y pensamiento, permitirán grandes progresos en su capacidad de comunicación y de interacción con los demás. Primero con su entorno más cercano para ir posteriormente ampliando y generalizando a otros contextos.
Es en esta interacción donde irá adquiriendo un sistema de valores propios que convergerá en la elaboración del autoconcepto y la autoestima, con lo que suponen de conocimiento y valoración de sí mismo, y de la empatía o capacidad para ponerse en el lugar del otro, que contribuyan, tanto a una experiencia feliz, como a la realización del proyecto personal de vida.
La Educación Primaria forma parte junto con la Educación Secundaria Obligatoria de la enseñanza básica obligatoria, aunque la gran mayoría los niños y niñas que inician la etapa ya han estado escolarizados previamente en algún ciclo de Infantil.
La etapa se desarrolla durante seis años, entre los seis y los doce, generalmente, y está organizada en tres ciclos de dos años de duración cada uno.

La acción educativa en esta etapa procurará: