IV Edición Carrera Solidaria
Porque la luz no es un privilegio, es un derecho
En los últimos años, la carrera de CEM HIPATIA-FUHEM se ha consolidado como un evento familiar y social en torno al colegio y al desarrollo de una acción social. La pandemia en la que estamos inmersos evitó que en el 2020 pudiésemos realizar la IV Edición que teníamos prevista para el mes de abril del pasado año. En este curso, a pesar de todas las dificultades existentes, nos lanzamos a retomar esta iniciativa y a realizarla aunque en un formato bien distinto al que estábamos acostumbrados.
No sólo las ganas de hacer una actividad en torno al colegio nos mueven a poner en marcha esta iniciativa. También queremos incidir socialmente en los problemas que de una u otra manera han aflorado con más ímpetu tras la pandemia. FUHEM como entidad social se caracteriza por atender o al menos visibilizar problemas sociales de calado que impiden la justicia social. Nosotros desde Hipatia y al igual que en otras ocasiones queremos atender una problemática cercana y grave como la que están viviendo las familias de la Cañada Real al verse sin luz en sus domicilios.
En la primera edición apoyamos a la asociación KARAM en su trabajo con los refugiados sirios en los campos de Karatepe, a través de una donación económica para dotar los mismos de cocinas portátiles.
En la segunda nos centramos en los trabajos que realiza el alumnado de la ESO a través de proyectos de Aprendizaje y Servicio en los que se han limpiado de plásticos las playas de Suances o se han repoblado bosques en Ourense.
La tercera se destinó a mejorar el entorno más próximo y se visibilizó nuestro posicionamiento ecosocial. Una carrera en la que corrimos de morado para apoyar el movimiento feminista.
En esta cuarta edición nos alejamos un poquito del colegio para acercarnos a ese barrio que está sufriendo la vulneración de derechos básicos, en el que la población infantil (parte de ella de nuestro colegio), ha tenido graves dificultades para calentarse, ante la peor nevada de los últimos años. Esta población infantil ha visto vulnerados sus derechos para estudiar, jugar, leer, ver la televisión, los derechos de cualquier niño y niña.
En la Cañada conviven distintos colectivos, distintas personas, algunas ejemplares, otras no tanto, con mejores y peores acciones, es decir como en cualquier barrio, como en cualquier ciudad, pero por ello ninguno de nosotros entendería que se nos mermase la posibilidad de usar un servicio básico, de poder vivir con dignidad.
Por eso entendemos que la luz no es un privilegio, es un derecho. Ayudemos a que así sea.