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La suspensión de las clases presenciales ha supuesto un reto mayor para el alumnado y las familias socioeconómicamente más vulnerables que, en su mayoría, viven en la zona de la Cañada Real. Este colectivo podrá acabar el curso con sus compañeros gracias al interés y el trabajo desarrollado por el profesorado de Hipatia.

Desde el primer momento, el equipo de Hipatia quiso dar una respuesta educativa para atender al alumnado del centro cuya situación socioeconómica representa una mayor vulnerabilidad.  Se trata de sesenta y nueve alumnos y alumnas que mayoritariamente residen en la zona de Cañada Real Galiana y también en otros puntos de Rivas Vaciamadrid. Están escolarizados en todas las etapas que ofrece Hipatia, desde segundo ciclo de Infantil a Bachillerato y Formación Profesional, pasando por Primaria y ESO.

La falta de actividad presencial ha agravado la situación de vulnerabilidad que sufre este alumnado y sus familias, quienes no solo han tenido que afrontar los problemas que suelen ir ligados a la brecha digital, sino mayores dificultades económicas y la falta de condiciones básicas en una situación de confinamiento, con cortes de luz y suministros básicos, problemas en las comunicaciones o falta de recursos de carácter socio-sanitario.

La ayuda educativa extra que han requerido estos alumnos se ha desarrollado en dos fases. Al principio, en marzo, cuando se produjo la suspensión de las clases y el cierre de los centros escolares, todo el alumnado recibió indicaciones sobre las tareas que debía acometer en los días siguientes.

De hecho, como el cierre escolar fue tan sorpresivo y rápido, Carlos Méndez, director de Infantil y Primaria de Hipatia, se desplazó a la Cañada Real con el fin de entregar en mano, antes de que se decretase el estado de alarma, una serie de materiales impresos para  el alumnado. Los libros que habían quedado en las taquillas y las cajoneras del cole, así como algunas fotocopias para nuevas tareas fueron entregadas a dos madres de alumnos, que sirvieron de enlace con el resto de familias y repartieron todo lo necesario para los primeros días.

A partir de ahí el seguimiento escolar del alumnado de infantil y primaria se ha hecho a través de llamadas telefónicas a sus familias, mientras que los alumnos de secundaria se mantenían al tanto de las novedades y avances a través de Telegram; y todo gracias al trabajo desarrollado por tutores y  profesorado de apoyo, que han estado especialmente pendientes de estos alumnos y alumnas. En este tiempo, igual que sus compañeros de clase, aprendieron a recibir tareas a través de un dispositivo móvil y a contestar a través de mensajes de audio o enviando fotos de sus trabajos.

Pero a medida que la situación se alargaba, alumnado y profesorado han sido más conscientes de que era muy difícil atender las necesidades y demandas educativas de este colectivo a través de un teléfono móvil que, en la mayoría de los casos, utiliza toda la familia. Por eso, se empezaron a hacer gestiones con distintas administraciones y organizaciones sociales para poder ampliar los recursos de estos alumnos. En primera instancia, el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid entregó tablets y tarjetas de datos al alumnado de hasta 4º curso de Primaria. Para el resto del alumnado, el propio colegio y algunos profesores se han encargado de ceder sus tablets, junto con las necesarias tarjetas de datos, éstas últimas donadas por el distribuidor de telefonía Red Chain. También Hipatia ha hecho entrega de dos de sus ordenadores a dos alumnos de Formación Profesional de Informática, quienes sin esos equipos difícilmente podrían seguir la dinámica del curso. La entrega se organizó en Hipatia, con cita previa y atendiendo a las medidas de seguridad de distancia y uso de elementos de protección entre el personal del centro y las familias.

Disponer de las herramientas necesarias ha sido clave para que alumnos y alumnas como Rachid, Ayman, Adnane, Amal, Nader y Esmeralda, entre otros, hayan podido volver a clase con el resto de sus compañeros y compañeras de Hipatia, porque ya se pueden conectar a los encuentros digitales.

Al día siguiente de contar con un dispositivo adecuado, tutores y profesores de apoyo empezaron a recibir puntualmente los trabajos encomendados, y lo que es más importante, comprobaron cómo los chicos y chicas experimentaban un salto motivacional que les ha permitido reencontrarse con el curso, recuperando ciertas rutinas de organización y horarios. En ese proceso, las familias han jugado y juegan un papel fundamental, acompañando el trabajo de sus hijos e hijas, preocupándose para que pudieran seguir las clases; algo que está ocurriendo con todo el alumnado, pero que resulta aún más evidente en situaciones como las que viven nuestros niños, niñas, nuestros jóvenes estudiantes de la Cañada Real Galiana.

Si de esta pandemia y de esta crisis estamos extrayendo enseñanzas valiosas, sin duda, estas vivencias serán parte de ellas. Una escuela que se define como inclusiva no deja a nadie atrás y los mensajes de gratitud, afecto y confianza que intercambian el alumnado, las familias y los profesionales de Hipatia son una buena muestra del motor de cambio que supone una educación al servicio de todos y preocupada por cada uno de los integrantes de la comunidad escolar. Y para muestra, un botón o mejor dicho, una captura de pantalla.

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