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9. PROCEDIMIENTOS EDUCATIVOS PARA LAS CONDUCTAS CONTRARIAS A LA CONVIVENCIA

9.1. ENFOQUE PROACTIVO:

  • 9.1.2. NUESTRO ENFOQUE DE CONVIVENCIA:
  • 9.1.2.1. La convivencia desde un enfoque proactivo:

Frente a los enfoques reactivo y punitivo-sancionador apostamos por un ENFOQUE PROACTIVO que se caracteriza por:

  • Estar basado en la prevención.
  • Estar basado en la inclusión.
  • Estar dirigido a toda la comunidad educativa.
  • Desarrollar competencias, habilidades y valores imprescindibles para la vida en sociedad que es necesario desarrollar independientemente de que existan o no problemas de quiebra de la convivencia.
  • 9.1.2.2. La justicia restaurativa:

La justicia restaurativa se centra en la identificación y rechazo de la conducta desafiante y en la reparación del mal provocado.

Los seres humanos son más felices, más cooperativos y productivos, y tienen más probabilidad de hacer cambios positivos en su comportamiento cuando los que están en posiciones de autoridad hacen cosas con ellos, en lugar de a ellos o para ellos. Y esto pasa por aceptar a las personas que han provocado una ofensa como partes de la comunidad, pero no aceptar las conductas ofensivas, que provocan malestar y dolor: “tú, sí; eso, no. (distinguiendo entre personas y acciones).

Para ello, es necesario dar respuesta a una pregunta clave: ¿Qué daño se ha hecho?, ¿cómo se puede reparar? Aplicaremos, por lo tanto, la regla de las tres Rs de Galtung: REPARACIÓN/RESTITUCIÓN, RECONCILIACIÓN, RESOLUCIÓN (de las causas del conflicto). Este enfoque logra un doble objetivo: rehabilitar a la persona y reconstruir el grupo.

Características:

  • Explícitamente se incluye a la comunidad educativa.
  • Se centra en la resolución de problemas, la reparación del daño y la restauración de las relaciones.
  • Promueve la participación activa de todas las partes en conflicto.
  • Promueve una reintegración activa de todas las personas en su comunidad, a pesar de los errores cometidos.

9.1.3. CONDUCTAS CONTRARIAS A LA CONVIVENCIA:

  • 9.1.3.1. La convivencia en la primera infancia:

La etapa de Infantil se caracteriza por tener una identidad propia, un carácter global, holístico, integrado, donde cobra una especial relevancia la atención individualizada como principio para atender a la diversidad de su alumnado. Es en esta etapa donde tienen lugar los aprendizajes orientados a la construcción de una imagen ajustada de sí mismo, al conocimiento, valoración y control que niños y niñas van adquiriendo de su persona, de sus posibilidades y de la capacidad para utilizar con cierta autonomía los recursos disponibles en cada momento, y al desarrollo de la comunicación a través de los distintos lenguajes y, de forma especial, del lenguaje verbal. Estos aprendizajes facilitarán la adquisición de las competencias básicas cuya consecución se espera al final de la educación obligatoria.

Para hablar de límites y consecuencias en la etapa de infantil y primeros cursos de primaria, tenemos que tener en cuenta tanto la capacidad cognitiva (la competencia y habilidad de una persona para entender lo que hace, comprender por qué lo hace y, por supuesto, saber descifrar las consecuencias de sus acciones) como la capacidad volitiva (la habilidad para controlar y gestionar sus propias acciones y comportarse y actuar en función de lo que se comprende) propias de esta etapa evolutiva.

Los niños y niñas en las edades a las que nos estamos refiriendo se encuentran en un proceso inicial del desarrollo de su personalidad, aún no tienen adquirido el pensamiento abstracto ni la capacidad volitiva (la van adquiriendo poco a poco, gracias a la propia evolución y maduración cognitiva, a nuestra capacidad para adaptarnos e interactuar con el contexto en que nos desenvolvemos, a las posibilidades crecientes de interpretación de lo que ocurre a nuestro alrededor y de nuestra influencia en ello…). Por ello, consideramos las conductas poco facilitadoras de la convivencia como experiencias de aprendizaje, no como errores o faltas.

Dicho esto, teniendo en cuenta las características de esta etapa evolutiva, las personas adultas que acompañamos este proceso madurativo y de aprendizaje tenemos la responsabilidad de acompañar en el proceso de socialización de las niñas y niños, ejerciendo de modelos correctos, ayudando y acompañando en el entendimiento y respeto de las normas de convivencia y proporcionando además experiencias de aprendizaje en un ambiente de seguridad, afecto y confianza . En estas edades es especialmente importante por la capacidad que tenemos como personas adultas para influir y contribuir a dotar de amabilidad y afecto a todo aquello que nos rodea en el contexto de la convivencia.

9.1.3.2. Conductas contrarias a la convivencia en Primaria y Secundaria:

Conductas contrarias a la convivencia:

  • Indisciplina: conducta que no se atiene a las normas.
  • Disruptividad: conductas que buscan interrumpir e impedir el proceso de enseñanza-aprendizaje.
  • Conflictos no resueltos: derivados de las relaciones interpersonales, necesidad de establecer pautas de gestión positiva de los conflictos.

Las más frecuentes:

  • Agresiones sobre objetos.
  • Agresiones verbales.
  • Agresiones físicas
  • Agresiones psicológicas
  • Acusaciones y quejas
  • Acciones y actitudes disruptivas.

9.1.4. RESPUESTAS ANTE EL INMPLIMIENTO DE LAS NORMAS:

  • 9.1.4.1. Tipos de medidas
  • Medidas PREVENTIVAS (Expuestas en el Apartado 7: Actuaciones de enseñanza-aprendizaje del presente Plan de Convivencia).
  • Medidas EDUCATIVAS O REEDUCATIVAS: Para enseñar al alumnado a establecer relaciones sanas con su entorno a través de trabajo con los 4 elementos de la inteligencia interpersonal:
  • Saber pensar.
  • Inteligencia emocional.
  • Habilidades sociales.
  • Valores éticos.               
  • Medidas REPARADORAS:
  • De carácter educativo y recuperador.
  • Guardan una relación directa con el acto realizado.
  • Orientadas a ayudar a comprender los efectos negativos de la conducta, más que a penalizarla y a reforzar la conducta adecuada.
  • Permiten pensar en la víctima si es que la hay.
  • Facilitan la reparación del daño (material o moral), la reconciliación de las partes cuando se ha producido un conflicto y su resolución si es posible.
  • Medidas SANCIONADORAS: Son medidas que pretenden disminuir la probabilidad de una conducta problemática en el futuro, mediante la utilización de situaciones que desagradan al alumnado, bien la retirada de estímulos agradables, bien la incorporación de estímulos desagradables. Son desaconsejables porque suelen encubrir las conductas más que inhibirlas y provocan un deterioro de las relaciones entre el profesorado y el alumnado, cargándolas de resentimiento y agresividad. El alumnado que sufre castigos indiscriminadamente se suele habituar a los mismos, con la consecuente insensibilización y adopción de actitudes tácticas para no ser descubierto. Además, solo cubren un primer nivel: “que no ocurran demasiadas cosas”, mientras que no se centran en la reparación, la reconciliación y el restablecimiento de las relaciones.

Por lo tanto, deben ser el último recurso. No obstante, y a pesar de que hay situaciones en que no queda más remedio que recurrir a ellas, se debería limitar su uso a las ocasiones siguientes: 

  • Cuando ya se han intentado todas las medidas no punitivas y no han dado resultado.
  • Cuando una conducta o actitud está obstaculizando significativamente los derechos de las demás personas y la convivencia.
  • 9.1.4.2. Ámbitos de actuación:
  • Asistencia y puntualidad.
  • Cuidado del material.
  • Actividad académica.
  • Relaciones interpersonales.
  • Salud e higiene.

9.2. PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN:

     Los protocolos de actuación que se muestran a continuación representan una concreción de lo expuesto en el “Título IV Conductas contrarias a la convivencia, medidas aplicables y procedimientos de intervención” del Decreto 32/2019.

Dentro de dicho Decreto, destacamos los siguientes artículos:

  • Artículo 39: Criterios generales de aplicación de las medidas correctoras y de las medidas cautelares.
  • Artículo 40: Criterios para la graduación de las medidas correctoras.
  • Artículo 41: Asunción de responsabilidades y reparación de daños.

9.2.1. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN EN INFANTIL:

Aspectos a tener en cuenta para la aplicación de este Protocolo de Actuación:

  • Este protocolo es un recurso didáctico que permite organizar el conocimiento y ayuda a guiar la práctica.
  • Se aplicará a todos los ámbitos de actuación señalados anteriormente excepto al de Asistencia y Puntualidad (que dispone de un protocolo específico).
  • Para su aplicación se tendrá en cuenta la gravedad, la frecuencia y la duración de las conductas.
  • El desarrollo de estos pasos dependerá de la circunstancia, del momento evolutivo del alumna o alumno y de las características personales de quien acompañe
  • Los pasos a seguir de dicho protocolo están secuenciados y pretenden servir como orientaciones.

 

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Actitud de la persona adulta:

  • Reconoce y cree en la responsabilidad que tiene sobre el desarrollo emocional del alumnado, hijo/a: favorece la conciencia de si mismo, el pensamiento causal, la capacidad para postergar la gratificación etc.
  • Mira incondicionalmente al alumnado, hijo/a: no duda del valor de ellos como personas. Respeta, acepta, valora.
  • Posee una expectativa positiva sobre el alumno/a, hijo/a
  • Explicita el cariño que sientes hacia el alumnado, hijo/a.
  • Ofrece tiempo de calidad y cantidad.
  • Organiza contextos donde el alumnado, hijo/a se sienta seguro y protegido.
  • Sintoniza emocionalmente.
  • Se muestra responsivo.
  • Reconoce el valor del vínculo: las buenas relaciones solucionan las dificultades y el conflicto.
  • Conoce como heterorregular para conseguir la autorregulación.
  • Establece límites claros.
  • Ofrece una estimulación suficiente y adecuada.
  • Favorece su autonomía: alienta, motiva, acompaña.
  • Desarrolla su capacidad reflexiva y critica.
  • Cuida la pertenencia del alumnado, hijo/a.
  • No pregunta el por qué.
  • Fomenta la espera, permite el aburrimiento y el juego.
  • Utiliza el humor.
  • Diferencia entre responsabilidad y culpa.
  • Está enfocado en las soluciones.
  • Realiza frecuentes reuniones para dialogar, compartir…..
  • Se cuida para poder cuidar.
  • Se muestra responsable socialmente.

Protocolo de actuación para asistencia y puntualidad:

1º) Se habla con la familia explicando la importancia de la puntualidad y/o asistencia en las reuniones de familias, haciendo hincapié en el desarrollo del proyecto, en el modelado y el sentimiento que puede generar en el alumnado.

2º) Cuando los retrasos o ausencias se suceden de forma reiterativa en un aula se informa a las familias a través de una circular.

3º) Si persisten, la tutora o tutor hablará personalmente con la familia.

9.2.2. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN EN PRIMARIA:

   Aspectos a tener en cuenta para la aplicación de este Protocolo de Actuación:

  • Se aplicará a todos los ámbitos de actuación señalados anteriormente excepto al de Asistencia y Puntualidad (que dispone de un protocolo específico).
  • Para su aplicación se tendrá en cuenta la gravedad, la frecuencia y la duración de las conductas.
  • Los pasos a seguir de dicho protocolo están secuenciados y pretenden servir como orientaciones.
  • Algunos de los pasos mencionados pueden aplicarse en otro orden (por ejemplo, la información a las familias) porque la situación lo requiera.

 

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Protocolo de actuación para asistencia y puntualidad:

  • Asistencia:
    • Las faltas de asistencia están justificadas por parte de la familia.
    • Las faltas de asistencia poco justificadas (casos excepcionales): Tutoría y/o Coordinación de Etapa informan a la familia acerca de la importancia de la responsabilidad en estos casos y se informa del protocolo de absentismo.
  • Puntualidad:
    • Primer retraso: dependiendo del caso y de las individualidades, se habla con el alumno o alumna para recabar información y poder dialogar sobre la necesidad o situación (en los cursos superiores no entran al aula para no interrumpir hasta pasados los primeros minutos y dando permiso el equipo docente para la entrada en el aula).
    • 2º retraso: si se argumenta el mismo motivo o la problemática detectada es similar, se informa a través de una nota en la agenda para conocimiento de la familia y solicitud de colaboración.
    • Tercer retraso o más: dependiendo del caso y de las características, se solicita una tutoría con la familia informando de la necesidad de que se valore el trabajo y la responsabilidad compartida.
    • Retrasos recurrentes sin implicación de la familia: derivación a orientación o Coordinación de Etapa para valorar el caso, la situación y/o la intervención de nuevos recursos.

9.2.3. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN EN SECUNDARIA:

Aspectos a tener en cuenta para la aplicación de este Protocolo de Actuación:

  • Se aplicará a todos los ámbitos de actuación señalados anteriormente excepto al de Asistencia y Puntualidad (que dispone de un protocolo específico).
  • Los pasos a seguir de dicho protocolo están secuenciados y pretenden servir como orientaciones.
  • Para su aplicación se tendrá en cuenta la gravedad, la frecuencia y la duración de las conductas, teniendo en cuenta la información de esta infografía y la siguiente pauta de colores.

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